Hitler y el Santo Grial

Si hay algo que obsesiona al hombre es la vida eterna y muchos son los caminos recorridos por cientos de generaciones intentando conseguir una de las fuentes considerada durante mucho tiempo un paso hacia la eternidad.

Si viajamos por ese mitológico y entretenido libro llamado “Santa Biblia” nos encontraremos con la copa, a veces representada con joyas ornamentales y en otros casos como un humilde recipiente de madera, que Jesús uso en la última cena. Pero este hecho no tomo trascendencia hasta pasado el siglo XII, cuando Robert Boron publico su obra “José de Arimatea” en la que una imagen de Jesús (luego de su resurrección) se le aparece a José pidiendo que lleve el Cáliz a Britania.
Otras leyendas cuentan que José recogió la sangre de Jesús para luego beberla y conseguir la vida eterna, pasando de generación en generación el gran secreto a su legión de templarios guardianes del Grial. Pero esta historia supongo conocida por la mayoría no es la que les voy a contar.

La semana pasada de casualidad me encontré mirando la película “Hell Boy” de la famosa historieta americana. Al margen que no es un género que me atraiga mucho, me pareció en partes muy interesante. En ella podemos ver a los nazis intentando una conexión con el mismo infierno, como también lo vimos en “Indiana Jones en busca del arca perdida”, “Indiana Jones y la calavera de cristal” y otras tantas del genero fantástico.

¿Qué hay de real en todo esto?

Es cierto que Hitler perteneció a una gran logia de ocultistas y que tubo una relación muy cercana con Erik Hanussen (famoso astrólogo y vidente). La dependencia de Hitler con estos campos se volvió tan grande que aunque varios de sus colegas descubrieron que Hanussen había contraído matrimonio con una judía en la primera guerra mundial, lo hospedo en su propia casa hasta su muerte en 1933.
Entre las obsesiones de Hitler se encontraban la lanza de Longinos (de la que les hablare en otro artículo) y el cáliz sagrado. Datos actuales habla de que Hitler encontró el lugar donde se hallaba el Grial. Este sitio tan esquivo era “El monasterio de Monserrat” en España, donde junto a sus principales asesores se embarco hacia su sueño más deseado.

El Monasterio de Montserrat cuenta con innumerables cuevas asentadas sobre un lago subterráneo. Cuenta el relato de un monje catalán del siglo XVIII (conocido como el padre Gerard Joana) como penetró por los pasadizos secretos del monasterio encontrando un gran torrente de un lago interno que no lo dejo seguir en su camino. Esto incentivo aun mas a Hitler, que convocó a Karl Willigut (quien poseía una facultad de rememorar hechos del pasado) para saber la ubicación exacta del cáliz. Willgut junto al jefe de las SS Himmler se dirigió hacia Cataluña en busca de nuevas respuestas.

Ya en Montserrat, Himmler llevaba consigo una guía singular “La Corte de Lucifer”, libro que el jefe de las SS ordenó distribuir gratuitamente entre los altos oficiales del alto mando. En función de este libro se sabe que Himmler no solamente buscaba la presencia del Grial en Montserrat, sino que también quería descubrir el secreto de la llamada montaña mágica.
Ni el padre Marcet ni el padre Escarré, quisieron recibir a Himmler, ya que en esa época se le atribuía un declarado odio hacia los católicos alemanes y por este motivo los recibió el padre Ripoll.Después de una simple vista por la catedral decidieron que al día siguiente ingresarían en las catacumbas. Pero esto fue truncado, cuando el portafolio que contenía los planos de los pasadizos desapareció misteriosamente.Luego de este episodio se enfriaron las investigaciones hasta extinguirse por completo.

Muchos años después, miles de personas visitan año a año el Monasterio en busca de respuestas, pues la montaña de Montserrat sigue albergando uno de los misterios más grandes de la Humanidad.