miércoles, 22 de julio de 2009

Túpac Yupanqui

Larga ausencia justificada y con mucho aporte a mi alma y mente. Hace un tiempo se me asigno, gracias a mi trabajo, un nuevo territorio de America, Ecuador.
La realidad es que siempre los viajes de negocios toman tanto tiempo que uno conoce: aeropuertos, hoteles y oficinas. Pero mi mente inquieta hace que aproveche cada uno de los momentos que tengo para aprender de nuevas culturas.
Luego de una larga semana trabajando de sol a luna, accedí a algunos días libres para recorrer y empaparme de esta atrapante cultura.

Mi primera intuición me dirigió hasta el museo llamado “La casa del hombre” Ubicada en Quito. En donde se combina arte, historia, arqueología y un toque de misticismo. Ahí pude apreciar varios cuadros de Oswaldo Guayasamín, expresionista, quien refleja en varias etapas, el dolor, la resistencia y el salvajismo, denunciando la violencia que han marcado a la humanidad con guerras, genocidios, dictaduras, etc. Se puede resumir con el pensamiento de Goya y la estética de Picasso.
A pocas cuadras se encuentra el museo Guayasamín, el cual posee 3 partes: Antigua, contemporánea y religiosa. En la antigua podemos apreciar hallazgos arqueológicos desde el 500 A.c. hasta el 1500 D.c. En la sala contemporánea, podemos apreciar varias obras de Guayasamín, con retratos y figuras muy llamativas. Ya en la sala religiosa (en la que increíblemente no se pueden tomar fotos) podemos apreciar cientos de cristos, cruces, esculturas de época, etc.

¿Por que digo increíblemente?

Por que un hallazgo arqueológico de 2500 años de antigüedad o una pintura al óleo sobre paño es mucho más sensible a un flash que una escultura de mármol. Pero rápidamente me di cuenta que en Ecuador la fe religiosa es mucho mas fuerte que las mismas raíces de su pueblo.En 1534, el español Sebastián de Benalcázar arribó a tierras ecuatorianas. Logrando tomar Quito en 1563 y prefundándola como ciudad española.

Los antiguos Incas, quienes desconocían las armas de fuego, creían que los españoles montados en sus caballos, eran demonios de 4 patas que utilizaban los truenos (sonido de sus armas) para matarlos. A pesar de su gran numero, los indígenas fueron masacrados (como en tantas partes de nuestra America) y los pocos que quedaron fueron obligados a convertirse al cristianismo dejando sus creencias y raíces.

A diferencia de Guayaquil (Mega ciudad portuaria, que se asemeja a Miami en su parte nueva por la estructura de sus edificios) Quito conserva su estilo colonial pintoresco. Pareciendo las iglesias un oasis en el desierto a mas de 3000 mts de altura. Como era de esperar, no solo me quede con museos y catedrales, sino que busque las típicas historias y leyendas a las que uno puede solo acceder, escuchando a su gente.

Siendo un territorio muy salvaje y cultural, consideré que lo mejor era contarles, entre todo lo que aprendí, la historia de un personaje mítico del antiguo Ecuador, el gran:
Túpac Yupanqui

Topa Inga Yupanqui (del quechua) hijo de Pachacutec (quien dio comienzo imperio Inca al enfrentarse al confederación de estados chancas en el año 1438), con tan solo 16 años de edad accedió al décimo mandato Inca como Gobernador. Conocido como “El Inca viajero” dedico su corta vida (murió a los 30 años) a la conquista de nuevos territorios para su imperio.

Muchas referencias históricas muestran a Túpac como el Alejandro Magno del nuevo mundo, teniendo mas conquistas que su par nacido en Macedonia. Desplegó 8 campañas militares: dos al Chinchaysuyo, dos al Contisuyo, dos al Collasuyo, dos al Antisuyo, arrasando el actualmente territorio de Perú.
De contextura física pequeña (a diferencia de los guerreros europeos) poseía una gran inteligencia y practicidad para resolver situaciones de gran dificultad. De allí parte su maestría en las batallas libradas, siendo su sueño más grande, ver a Cuzco como capital de un mundo “globalizado” impensado para su época.

Según lo que cuenta la historia, tomado a veces solo como una teoría, pero asegurado por los arqueólogos Ecuatorianos y de Latinoamérica, Yupanqui no solo fue un viajero que logro conquistas en America, sino que llego hasta Oceanía.
Túpac, no había tenido contacto con el mar hasta conquistar golfo de Guayaquil, donde descubrió las embarcaciones conocidas como balsas, sabiendo que sus ansias de conquista ahora no tenían limite. Su viaje en balsa comenzó con la conquista de la isla de la Puná, continuando con Coaque, en la bahía de San Mateo y llegando a su punto maximo con dos islas, Auachumbi y Ninachumbi, que las identificó con Mangareva y Rapa Nui (Actual isla de Pascua).

Según José Antonio del Busto (historiador) Túpac Yupanqui, luego de su llegada a Puná, recibió información de dos islas alejadas y decidió sumar una nueva conquista. Con más de 20.000 hombres, llegó a Ninachumbi y Auachumbi (supuestas islas de Oceanía) logrando intercambiar conocimientos y adquiriendo esclavos con los que volvió a sus tierras. Una antigua leyenda de Mangareva (isla principal del archipiélago de las Gambier, en la Polinesia Francesa) cuenta que del este arribaron balsas con velas, trayendo orfebrería, cerámica y destilería, dando curso a la teoría planteada por del Busto.
Reconozco que no tenía conocimiento de tal figura histórica hasta mi viaje a Ecuador.
Yupanqui fue un guerrero excepcional y un emperador increíble. Quechuizó naciones, civilizó la cordillera y pretendió que su cultura llegue al mundo.

Aqui les dejo una serie de videos que hablan sobre la dinastia Inca. En la 2da parte podemos ver la historia de Tupac Yupanqui y su padre Pachacutec.







Y una entrevista a Jose Antonio del Busto sobre su libro "Tupac Yupanqui descubridor de Oceania"






"Y andando Topa Inga Yupanqui conquistando la costa de Manta y la isla de la Puná y Túmbez, aportaron allí unos mercaderes que habían venido por la mar de hacia el poniente en balsas, navegando a la vela. De los cuales se informó de la tierra de donde venían, que eran unas islas, llamadas una Auachumbi y otra Niñachumbi, adonde había mucha gente y oro. Y como Topa Inga era de ánimos y pensamientos altos y no se contentaba con lo que en tierra había conquistado, determinó tentar la feliz ventura que le ayudaba por la mar. Después de atisbar de cómo Túpac Yupanqui se entero de la existencia de unas islas auachumbi y ninachumbi, esto avisado y confirmado por un mercader llamado Autarqui. Se determinó ir allá. Y para esto hizo una numerosísima cantidad de balsas, en que embarcó más de veinte mil soldados escogidos. Navegó Topa Inga y fue y descubrió las islas Auachumbi y Niñachumbi, y volvió de allá, de donde trajo gente negra y mucho oro y una silla de latón y un pellejo y quijadas de caballo. Hago instancia en esto, porque a los que supieren algo de Indias les parecerá una caso extraño y dificultoso de creer".
Pedro Sarmiento Gamboa.