lunes, 10 de abril de 2023

Ansiedad. La maldita ansiedad.

 Ese impulso que no podemos detener y que luego nos trae problemas, o como diría el Tao, tal vez no. Tal vez ahí somos o hacemos lo que realmente somos o queremos.


Por momentos le ponemos mil nombres: angustia, estrés, mal trago, inquietud, capricho, nerviosismo. Pero es eso, ansiedad. Muchas veces de la mano de otra amiga, la depresión. Y es imposible el balance. 

¿Y que la produce? Sería muy fácil hacer un listado como si supiéramos, pero depende mucho de cada ser, de cada momento de la vida, de cada situación que se nos presente. Hasta hay factores químicos. Eso no quita que se puedan modificar. 

Desde que nacemos somos bombardeados por miles de estímulos, y con ellos llegan otras cosas como juicios, consejos, represiones, inhibiciones y miles de pautas que hay que seguir para "encajar" en un mundo cada vez más desorganizado y poco acorde con la naturaleza humana. 





Esta especie de adoctrinamiento que nos van moldeando por medio de filtros socioculturales y da forma al tan en boca de todos hoy, el Ego. Un mundo mental y autorreferencial que se siente vulnerable ante todo lo que pueda limar su imagen narcisista. 

Nuestra constante necesidad de seguridad, hace que en mayor o menor medida, crezca el temor, el apego, la visión sesgada de la realidad, los deseos y por supuesto con todo esto llega la ansiedad. Siempre mirando hacia afuera y no volviendo hacia el ser, el lugar donde podemos encontrar la paz y todas las respuestas. ¿Pero es tan así? 

Así como sucede con las resistencias físicas, lo mismo pasa con las psíquicas. Unos tienen mayor resistencia a los estímulos, otros menor. 

Muchas de las experiencias que podemos llamar negativas, pueden generar traumas a largo plazo, deteriorando gravemente la psique de estas personas las que muchas veces pasan a ser seres incomprendidos, ensimismados y vistos por un ojo sin análisis como narcisistas, egoístas o egocéntricos. 

Por este motivo, el ambiente es clave en el desarrollo. No solo de los niños al nacer, sino de los adultos que recibieron a temprana edad esos condicionamientos. No hablamos de vivir en una caja de cristal, pero sí de priorizar el ambiente sobre los mandatos. Un ambiente no acorde con nuestras necesidades de estabilidad psíquica obviamente va a generar un desequilibrio. Este puede ser temporal o en muchos casos permanente. 

Por estos motivos es importante entender bases muy marcadas de la sociedad que lamentablemente nos forma. Una sociedad que busca explotar, minimizar, aplacar a los supuestos débiles y exaltar a los fuertes con una constante competencia desde moral a física, desde amoral a espiritual. Siempre hay un motivo para enfrentar y en su defecto crear ansiedad. 

                                    

La sociedad, que como bien rezaba el tango "Los inmorales nos han igualao", nos desconcierta. Con el pasar de los años nos damos cuenta que ser implacable, calculador, inescrupuloso, ventajero, pareciera ser un atajo a la realización. Pero luego nos pasa factura el que nunca se equivoca: nuestro inconsciente y ahí comienzan a formarse un mundo psíquico en caos constante, plagado de contradicciones, conflictos y mentiras a uno mismo. 

Por un lado nos guían los supuestos preceptos morales, pero por el otro nos aplastan las necesidades de triunfo, de mejora, de poder, de conquista, de valor propio que nosotros mismos no nos damos. Y aqui no solo se presenta la ansiedad en sí conocida, sino la social. La que todos tenemos que ser presidente, astronauta o el mejor del equipo. Y el gran problema es que estos conflictos son de carácter subconsciente. No sabemos de dónde vienen y por que llegan. Y ahi la ansiedad es una simple respuesta por desconocer las causas. 

Las tendencias contradictorias que vivimos dia a dia, nos muestran que esos pequeños destellos de lucidez, de intentar salir de ese laberinto de sin sentido, tienen que batallar con una lista interminable de mecanismos internos que hacen que duren solo un instante y volvamos a la satisfacción del momento placentero, sin darnos cuenta que lleva años romper las barreras. Simples placebos. 

Ahí nace la dependencia del otro, la exigencia extrema hacia el entorno o el aislamiento. Queremos que el otro nos de todo lo que no pudimos lograr, que el otro sea lo perfectos que no pudimos ser o encerrarnos en nosotros mismos para que el mundo sea tan perfecto que ni un solo individuo lo pueda alterar. En una de estas 3, estamos todos. 

Falsas expectativas, frustración, desencanto y un sin fin de sentimientos que le cargamos al otro por "no ser" lo que esperábamos. No solo a las personas. A los trabajos, al mundo, a la sociedad, a los amigos, a los gobiernos, a la mascota, hasta al clima! Queremos que todo sea, no perfecto, sino acorde a nuestra necesidad el momento. Si estoy casado quiero soltería, si llueve quiero solo, si hace frio quiero calor.

Lamento decirles, que el mundo es como es y depende de nosotros mismos encontrar la paz más adentro que afuera. 

                                    

Si no somos felices como somos, tenemos que cambiar. 

Si la vida que llevamos no es la que nos hace felices, tenemos que modificarla. ¿Que nos impide hacerlo? La mal definida madurez lleva años. Madurez no es tener casa, auto, trabajo, 2 hijos y pareja. Madurez es hacernos cargo de que la vida que llevamos no tiene sentido alguno y que debemos enfrentarnos a nosotros mismos para cambiar. 

Y ahí aparece la lista de mil condicionamientos: el medio, la familia, el país, los ingresos, la casa, el auto, el hámster (já). La paz interior no se compra en Mercado Libre, se gana con el tiempo y con mucho, pero mucho esfuerzo. 

¿Les vengo a pedir paciencia en un post de ansiedad? Claro que no. 

Con 43 años, como le sucede a todos los individuos por igual, sufrimos un estancamiento interior. Conocemos mucho, pero nos conocemos poco. No podemos controlar las compulsiones, que el subconsciente nos domine no solo en nuestro interior, sino en la interacción con el medio. Tenemos una mente que fluctúa constantemente, pendula, se contradice, se rigidiza y vive aislada en un gran castillo protegido por un ego totalmente infantil mirando una película que guioniza nuestras más fantasiosas creaciones. ¿Por que? Por miedo.

¿Y que tiene que ver el miedo con la ansiedad? Todo.

La incertidumbre y la contradicción en ambos son constantes. Nuestra mente crea temores infundados a diario, nos condiciona. La peor batalla siempre es con nuestra mente. Y ese miedo muchas veces viene aparejado de la ira, dos sentimientos que lo demostremos o no, todos tenemos adentro. Unos gritan, otros escriben, unos rompen un plato, otros se enferman de cáncer, unos descargan con la terapia, otros toman pastillas. 

Pero la base es siempre la misma. Carencias internas, apego, demanda de seguridad, asociación de lo que nos pasa con hechos del pasado, falta de control emocional. Seamos hiper sensibles o hiper duros, la respuesta es la misma. Miedo al rechazo. Uno hará el papel de víctima, el otro el de tirano. Y así andamos por la vida chocando como Minions. 

Muy linda la teoría que todos sabemos, pero ¿Que hacer?

Tenemos que empezar por entender que la ansiedad viene de una inarmonía interior. Cualquiera de lo antes citado puede ser la que lo genere, pero lo importante es aceptar que esa inarmonía hace que la bola de nieve sea cada vez mayor sino lo interiorizamos. 

Somos niños que no podemos aceptar las situaciones no placenteras que nos presenta la vida y necesitamos culpar a alguien por ello. Vivimos como víctimas de nuestra desesperación por que el mundo nos vea, nos haga especiales, cuando somos 1 en 7 mil millones de seres. 

Vamos por ahi parchando la vida, auto engañándonos, creando estabilidades ficticias reemplazando personas, lugares, tendencias. Siempre miramos el afuera, pero no el adentro. Que difícil es estar adentro. Que difícil es estar uno sentado consigo mismo mirándose a los ojos y decirnos "bueno, somos nosotros" ¿Que queremos? ¿Que nos gusta? ¿Que anhelamos? Pero no esas cosas que duran un instante y otra vez el vacío. Qué necesitamos realmente para estar en paz y sentirnos plenos.

Qué sentido tiene esta vida si realmente no encontramos lo que queremos para la nuestra. Y ahi van a contestar todos desde la carencia de sus fantasías: un auto, una casa, una pareja, un título, vivir en otro país, un hijo, la montaña, el mar, ser más alto, más flaco,más bajo y un sinfín de etc. Siempre lo que no tenemos es lo que queremos. ¿Y todo lo que tenemos? Nunca disfrutamos de lo que hay (siempre hablo de mi, tal vez ustedes disfruten). Estamos siempre viendo la vida desde la carencia. ¿Ese es el camino que queremos transitar hasta morir? 

Ah sí, por que un dia nos vamos a morir. Es lo único que sabemos de esta vida. 

Es muy fácil la teoría del ser "individual" de ser un "ser de luz" que es autónomo que solo quiere compartir y salta entre nubes de algodones en su unicornio. Que hay que estar sanados y perfectos para emprender un vínculo. 

Eso no existe, o si existe es para personas que claramente no me van a estar leyendo esto. En el mientras tanto seguimos creando una sociedad individualista que ante el primer conflicto huyen en búsqueda de sus supuestos sueños reemplazando lo que nos rodea como si fueran pasajes a nuevos estadíos. 

Nos siguen vendiendo que existen las personas por temporadas, que hay que soltar, que la vida es una sola y hay que vivirla. La cantidad de cosas que nos estamos perdiendo por no construir como adultos. Vemos al otro como un estorbo, como una traba, como un ancla que no los deja avanzar, la culpa siempre es del otro. 

Hay que hacerse cargo. Hay que dejar de demandar a las parejas, a los trabajos, al país, a la situación actual, a la vida misma. Nuestro bienestar está en nosotros, no en los demás. Ese es un primer paso para que todos los mecanismos que generan el miedo y en su defecto la ansiedad se frenen. Se que no es fácil, todos sufrimos de una gran ansiedad por más que se la adjudicamos al otro. 

Ansiedad no es hablar mucho, ansiedad no es querer comunicar lo que nos pasa, ansiedad no es pegar un grito, ansiedad no es llorar de la nada, ansiedad no es levantar la mano para pedir ayuda, ansiedad no es muchas de las cosas que creemos. Ansiedad no es nada de eso pero es todo eso. 

Para empezar a trabajar esto, que es la base de todos nuestros problemas, tenemos que fortalecer los siguientes puntos: 

  • Ecuanimidad (mantenernos serenos ante lo que nos acontece) 
  • Recta Aspiración (que lo que aspiramos en esta vida sea valioso para nosotros realmente)
  • Energía (Fuerza de voluntad ante este trabajo) 
  • Actitud abierta y amorosa (escuchar al otro, ser amoroso con la palabra y las acciones)
  • Altruismo (Buscar el bien común en forma desinteresada) 
  • Confianza en las propias potencialidades (valorar lo que somos y tenemos para dar) 
  • Intentar el desapego (por más que parezca imposible)
  • Esfuerzo metódico (ser metódico en nuestro esfuerzo por superarnos en estos campos) 
  • Concentración en nuestro objetivo (saber que el camino es el objetivo y es diario) 
  • Benevolencia, tolerancia. (saber que vivimos en sociedad y no todo es como esperamos) 
Terminemos con la fantasía de la perfección. Las personas se eligen o no. Con defectos y virtudes. Conociendo luces y sombras. Pero antes tenemos que conocer al conocedor, sino le estamos exigiendo al entorno que nos de lo que nosotros ni siquiera sabemos que queremos y en su defecto, no podemos darnos. 

¿Y cuando no podemos controlarlo y nos llega la ansiedad? 

Primero hacer algo que nos saque del momento. Caminar, llamar a alguien que sabemos nos trae los pies a la tierra, escribir, correr, ir al gym, meditar, hacer Yoga, darnos un baño, etc. No importa el método, primero hay que bajarla. 

Pero también hay que evitar el foco de conflicto con el otro y hay que aceptarla y saber comunicarla.  "Estoy ansioso, necesito salir de esta situación, en otro momento seguimos" Y esos son los momentos en los que la receptividad del otro es tan importante. 

Luego de varios salvavidas de este tipo, más tranquilos, es el momento de conectarnos con nosotros mismos. No hacen falta grandes pantomimas para generarlo. Sentarnos a meditar lo que nos sucedió, volcarlo en una observación de si en un papel, o como gusten. 

Ahí tenemos que sincerarnos y encontrar el motivo. En especial siguiendo un camino de autoconocimiento para que no nos engañen todos esos mecanismos antes citados que nos condicionan. Es ese momento de soledad total cuando el ego ya no puede hacer sus juegos, engaños, cuando realmente nos liberamos de toda limitación y aceptamos lo que necesitamos, debemos observar la situación y ver el desencadenante. Sin miedos, sin vergüenza, siendo realistas. Nadie más que nosotros mismos lo sabe. 

Evitando mañana nos cruza. Enterrando mañana nos sale de la tierra cual zombie. Escapando mañana nos encuentra. Reemplazando mañana se transforma en lo mismo. No es necesario enfrentar, pero si aceptar. 

                                  

La palabra más certera es integración. Convivimos con cientos de personalidades para cada momento. Imaginen que no podemos terminar de conocernos y pretendemos conocer al 100% a quienes nos rodean. 

Cuando tenemos una actitud integrativa de todo lo que somos, cuando por medio del esfuerzo trabajamos en mejorar los aspectos que nos incomodan de nosotros mismos, cuando cultivamos la atención mental que nos instruye de cómo repetimos patrones constantemente, se caen por su propio peso las máscaras, se rompen las barreras, se van los temores infundados. 

Podría estar horas hablando de algo que vivencio y que trabajo a diario, pero puedo asegurarles que cuando uno acepta lo que vive, cuando lo integra como dije antes, al menos sabe dónde esta parado. 

Un día me regalaron una brújula y fue el regalo más significativo que recibí en mi vida. Un objeto tan literal que no supe ver su significado en el momento, pero hoy lo atesoro y cuando me pierdo (como en Inception) vuelvo a él para encontrarme. 

Alimentense sanos, descansen plenamente, respiren pausadamente, sonrían menudo, hagan actividad física a diario y tengan actitudes mentales positivas. Y en especial recuerden que es lo único que nos llevamos en esta vida: vínculos, vivencias y el amor que damos y recibimos. Y hablen. Cuenten, compartan, digan lo que les pasa. Es el primer paso para entender. 

Los quiero. A veces es lindo leerlo ¿No? 

miércoles, 15 de febrero de 2023

¿Tik Tok o Tik Tak? El reloj que nos lleva a la estupidez y la adicción

No podemos negar que la tecnología y en especial la era digital, nos hizo en parte la vida más fácil. Desde un cálculo matemático, a un mapa, desde un libro digital a cientos de programas que nos solucionan en pocos segundos miles de acciones. Desde millones de temas musicales a un clic, a miles de contactos en cualquier parte del planeta. 


"Tal lejos tan cerca" rezaba el titulo del afamado film de Wim Wenders. Tan cerca que agobia, tan lejos que se vuelve impersonal.

Según "estudios científicos" debería citar aquí con el aval de la Universidad de (pongan la que les plazca) se ha comprobado que.... No hay nada que comprobar científicamente, lo vemos a diario en nosotros mismos. A despertarse. 

Con solo ver lo que nos produce el mundo digital, podemos concluir fácilmente que activa en el cerebro la dopamina. Ese neurotransmisor tan en boca de todos hoy, que da por pequeños momentos sensaciones placenteras, euforia, alegría, entre otras. 






Pero esa adicción a las "sensaciones" no es del siglo XXI. Desde que se descubrió adormidera (amapola, opio o como quieran llamarle) que se usaba en el neolítico, el ser humano a buscado por un lado escaparse del sin sentido que lo rodea y por otro justamente encontrar respuestas. 

Las cientos de drogas sintéticas de hoy en día aceptadas (Canadá legalizo hasta la cocaina), no distan de que hace 5.000 años los Yamna introducían el cannabis no solo para hacer cuerdas (por la alta resistencia), sino para su consumo medicinal y alucinógeno, así como Galeno nos hablaba en sus escritos del cannabis como la droga de la alegría y la risa. 

Y aunque el mercado y las guerras llegaron en el siglo XIX (guerra por el control del opio China - Gran Bretaña) 3.500 años antes de nuestra era, Shen Nung ya experimentaba con sus preparados botánicos que hoy derivarían por ejemplo en la tan necesaria morfina. 

Pero vayamos a otras más comunes, como el tabaco (incluida la nicotina en china hace 5.000 años), el alcohol, tan común en los pueblos precolombinos (pulque la chicha), la coca y sus mil usos medicinales y alucinógenos y por supuesto, el preferido de la new age, el peyote.  

Pero sin los árabes, no hubiéramos llegado a la síntesis actual. La destilación, sublimación y cristalización. Sin estas técnicas químicas tan simples, pero a su vez tan complejas, las drogas no hubieran llegado a su punto máximo. La introducción en el siglo XX de las  anfetamina y metanfetamina ayudó no solo a los soldados de dos cruentas guerras, sino a doña Rosa que se deprimía en su estabilidad de posguerra en una vida tranquila de consumo en casa. ¡Y era legal!

Y ahi, cuando empezaron nuevamente las preguntas existenciales y la heroína se volvía moneda corriente, la juventud queda deslumbrada por las propiedades del cornezuelo de centeno. Si se los digo así no lo imaginan, pero si les digo LSD si.

Una juventud que cuestionaba las guerras, que quería crecer interior y no exteriormente y que apuntaba a una sociedad de "tribus" y no sociedades patriarcales estructuradas que cada tantos años generaban una guerra. Nace la era de la "Paz" y la ruptura de barreras. 

¿Qué sería de la música sin el LSD no? Suena egoísta, pero bandas como The Beatles, Led Zeppelin, The Doors, Pink Floyd, Yes, King Crimson, Velvet Underground, Jefferson Airplane y el gran Jimi Hendrix, sin esa experimentación, hoy no existirían como tales. 

Pero no solo la música. Grandes científicos como Albert Hofmann, no podrían haber desarrollado sus teorías, que con el estudio de sus efectos psicotrópicos (hasta la prohibición del LSD como droga legal por la FFA), logró resultados increíbles al seguir su trabajo del compuesto 25 (el cual había fracasado años atrás) y exponiéndose a una pequeña dosis (LSD) en forma accidental que lo llevaría a su famoso "viaje en bicicleta". Ese viaje en donde su imaginación estaba estimulada a niveles inimaginables, y que abrió puertas que nunca más se cerraron y que él mismo llamó "el nuevo nacimiento de su consciencia". Teoría que años después, Stanislav Grof, desarrollaría por medio de la respiración holotrópica, logrando estados de consciencia alterados muy útiles para tratamientos psiquiátricos no invasivos. 




¿Y que significa toda esta intro? 

Que así sea a Astarté, Innana o Astarot o Facebook, la adoración al placer constante existe desde tiempos inmemoriales y como seres humanos la búsqueda de recompensas es una constante. Esto es fácil comprobarlo con ver nuestras vidas, pero David Linden lo mostró claramente en su tesis con ratones, que sorteaban descargas eléctricas con el fin de llegar a una zona de placer. Instinto. Placer. Búsqueda de sentido. 



Esta ecuación perfecta, sumada a la gran necesidad de contacto que tenemos los humanos, la entendió a la perfección Andrew Weinreich creador de Six Degrees allá por el 97'. Lo mismo que hoy vemos en Facebook, pero con la famosa teoría de los seis grados de separación, que muestra que una persona puede estar conectada a cualquier otra a través sólo de 6 intermediarios.  

Luego de sucedieron MySpace, Fotolog, Facebook y el famoso Twitter, limitado por 144 caracteres que pocos saben que fue por que era lo que permitían los mensajes de texto de los celulares. Todos con un fin común, comunicarnos, unirnos, acercarnos (supuestamente).



¿Quién no tuvo una cita por una red social? ¿Quién no consiguió un jugador para su equipo? ¿Quién no compró un usado por Facebook? 

Pero citando a Asimov, el gran visionario en lo que a tecnología se refiere "El aspecto más triste de la vida en este preciso momento es que la ciencia reúne el conocimiento más rápido de lo que la sociedad reúne la sabiduría". Mucho para tan poco. 

Hoy tenemos en nuestras manos un artefacto (celular) que es 100.000 veces más potente que las computadoras que pusieron al Apolo 11 en la Luna (luego debatimos si creen que llegamos o no). Pero como bien diría Friedrich Schiller, luego parafraseado por el gran Isaac, "Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano". 

¿Y que hago en Facebook posteando esto? Ahí está la cuestión. Poseemos grandes herramientas de comunicación, que bien usadas, pueden traernos muchas respuestas. Y no hablo por mi. Esto es una simple reflexión, pero tal vez le sirva a alguien. Pero hoy podemos acceder a miles de libros, videos, audios, hasta clases, títulos. Todo on-line. ¿Pero en que nos detenemos? En el show del blooper de los 90' de 5 minutos ahora 24/7 para no pensar. 

También sabemos que lo recurrente de nuestro pasado, eso que nos marcó nos identifica. Por ese motivo, el mundo del entretenimiento recurre una y otra vez a las mismas fórmulas. Si vemos una película de animación actual (Disney, Pixar, Dreamworks), podríamos intercambiar personajes en todas ellas y encajarían a la perfección. ¿Por que? porque hay un patrón muy claro. Imágenes arquetípicas que nos retrotraen a nuestra infancia, nuestras vivencias, nuestro yo. Series como Stranger Things que nacen de una licuadora de vivencias de los 80', las remakes de Top Gun, Jurassic Park, Karate Kid, Cazafantasmas, Star Wars, Indiana Jones y hasta hoy hace pocas horas de Batman 89'. ¿Quien no quiere ver a Keaton de Batman 31 años después de la amada Batman Returns? Yo pago, les soy sincero. 


Estos eventos nos siguen trayendo esa imagen de que "los años no pasaron" y seguimos siendo eternamente jóvenes y felices, cuando el mundo era perfecto. ¿Real? No. 

Hace tan solo unos meses, teniendo Facebook (por mi sitio Web Mistery Humanity que luego lo pasaron a persona) puse una foto mía. Lo mismo en Whatsapp. ¿Y Por que no tenía? Porque sentía que no era necesario mostrar la cara atrás de una idea. El ojo que estuvo del año 2008 hasta diciembre de 2022 representaba algo. Un Concepto, algo más bien abstracto que mostraba quien era en realidad. Como una especie de cita a ciegas con los cientos de usuarios que no necesitaban verme en apariencia para mostrarles quien realmente soy. ¿Y por que el cambio? Porque un día te das cuenta que el ocultarse también es parte de este juego perverso que nos proponen las redes. El estar detrás de una pantalla sin siquiera mostrar su real cara. 

¿Y que mostramos en las redes sociales? Como bien sucedía en el teatro, los actores usaban mascaras para no identificarse con el personaje. Aquí pasa igual, pero no solo nos identificamos nosotros, sino que creemos que lo que vemos del otro es real. El teatro tan bien representado por dos máscaras, una sonriente y otra que llorando, nos ponen en evidencia la comedia y la tragedia. 




Recibimos por segundos miles de estímulos de diversión, felicidad, tristeza, miedo, dolor. Pero también, si sabemos frenar, filtrar, buscar, podemos encontrar cosas maravillosas, pero con poca profundidad. No tenemos tiempo, todo es acelerado. 

Tenemos un finde para aprender curar con las manos en un curso mientras tomamos mate. Tenemos 2 horas para contemplar la Torre Eiffel o las Pirámides de Egipto (luego de viajar miles de kilómetros y trabajar todo el año para pagar un pasaje) para plasmar en una foto que vean los demás en las redes sin vivenciar el momento. No me saque la malla todavía, pero ya estoy subiendo a estados de Whatsapp esa tarde maravillosa que pasé con los míos. Cuando en realidad, me pasaron mil cosas que no cuento. 

La llegada de los "estados" en las redes, nos hicieron pasar de ver una playa paradisiaca, a alguien que vende el celular, o una cinta roja por que alguien perdió a su hijo. Y ahi entra la parte técnica nuevamente. 

¿Cuánta info de la que vemos podemos asimilar? 

El ojo humano puede percibir  30 a 60 fotogramas por segundo, tengan en cuenta que una película tiene entre 24 a 30 fotogramas por segundo. Y aquí entra lo importante de lo visual y por que la comunicación apunta a ello. El cerebro humano hasta hace poco tiempo se creía que podía procesar cada imagen en solo 100 milisegundos, pero estudios actuales demostraron que tarda solo 13 milisegundos. Pero la AI (inteligencia artificial) puede procesar hasta 50000 fotogramas por segundo. 




¿Hacia donde vamos? Nuestro cerebro es en un 90% visual, lo que en promedio nos hace recordar las imágenes en un casi 80% y solo un 20% lo que podemos leer y procesa 60.000 mas rápido una imagen que un texto. 

Lo visual. Y salvo patologías graves, felicidad. La búsqueda eterna de la famosa dopamina. Esa droga natural que los que nos quieren adormecidos aprendieron como sacarla sin un gran esfuerzo. Ya nos mostraba WALL·E el futuro de la sociedad. Ya nos anticipan las grandes obras distopías un camino inevitable. 



Como bien sabemos  todo aprendizaje que contenga carga emocional, perdura mas en nuestro sistema. Sea placentero como el nacimiento de un hijo, o doloroso como una ruptura amorosa. 

El famoso algoritmo que usan las redes, en especial los Reels, Tik Toks, estados, busca los mejores contenidos acorde a nuestros gustos, estados emocionales y están programados para atraparnos horas sin darnos cuenta. No importa si es una pelea de MMA, una interpretación de de una película que acabamos de ver o un video que explica las acciones de mi ex narcisista. Lo importante es que de en la tecla de lo que necesitas en ese momento. ¿Se sienten identificados? Si me dicen que no, se mienten a ustedes mismos. 

Un perfeccionado estimulador que nos produce dopamina constantemente durante 15 segundos, volviéndose mas adictivo que la morfina. ¿Casualidad? No, todo muy diagramado. 

Como diría Orwell 

"Las masas nunca se rebelan por su propia cuenta, y nunca se sublevan porque están oprimidas. De hecho, mientras no se les permita tener estándares de comparación, nunca se darán cuenta de que están oprimidos"

 Y Huxley pareciera continuar esta idea con su mítica frase;

 "Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que gracias al consumo y al entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre"

Consejo para los padres: gestionen el tiempo de pantalla de sus hijos, coloquen controles parentales para fijar límites temporales de uso de apps, compartan tiempos muertos en lugares sin conexión, recurran a la lectura grupal, jueguen juegos de mesa, mentales, generen desafíos a largo plazo, piérdanse en instantes que no sean solo virtuales. 

Ojala llegue el día en que nos demos cuenta que vivimos en un paraíso cada día mas banalizado. Donde usamos un kakaj virtual ante una pantalla, pero le tememos al agua. Donde miramos cuerpos irreales en una pagina y no podemos mirarnos al espejo, donde consumimos supuestas vidas perfectas en las redes y no nos damos de lo maravillosa y única que es la nuestra, donde mostramos al otro lo felices que somos en desafío viral de Tik Tok cuando por adentro estamos rotos. 




Mas abrazos, mas charlas, mas atardeceres, mas vivencias, mas rasparnos, reírnos, disfrutarnos. La verdad está ahi afuera decían los X-Files y cada año que pasa, le doy otra interpretación. LA VIDA ESTÁ AHÍ FUERA. Vivan la suya. Les aseguro que es maravillosa. 

Por mas corazones contra corazones en un abrazo pecho a pecho en lugar de reacciones a estados a un clic. 

Me voy a tomar un mate al monte mientras miro el Champaquí y acaricio a mi gato Tyr. ¿Será verdad u otra mentira de las redes? 


“Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”
Byung-Chul Han