miércoles, 15 de febrero de 2023

¿Tik Tok o Tik Tak? El reloj que nos lleva a la estupidez y la adicción

No podemos negar que la tecnología y en especial la era digital, nos hizo en parte la vida más fácil. Desde un cálculo matemático, a un mapa, desde un libro digital a cientos de programas que nos solucionan en pocos segundos miles de acciones. Desde millones de temas musicales a un clic, a miles de contactos en cualquier parte del planeta. 


"Tal lejos tan cerca" rezaba el titulo del afamado film de Wim Wenders. Tan cerca que agobia, tan lejos que se vuelve impersonal.

Según "estudios científicos" debería citar aquí con el aval de la Universidad de (pongan la que les plazca) se ha comprobado que.... No hay nada que comprobar científicamente, lo vemos a diario en nosotros mismos. A despertarse. 

Con solo ver lo que nos produce el mundo digital, podemos concluir fácilmente que activa en el cerebro la dopamina. Ese neurotransmisor tan en boca de todos hoy, que da por pequeños momentos sensaciones placenteras, euforia, alegría, entre otras. 






Pero esa adicción a las "sensaciones" no es del siglo XXI. Desde que se descubrió adormidera (amapola, opio o como quieran llamarle) que se usaba en el neolítico, el ser humano a buscado por un lado escaparse del sin sentido que lo rodea y por otro justamente encontrar respuestas. 

Las cientos de drogas sintéticas de hoy en día aceptadas (Canadá legalizo hasta la cocaina), no distan de que hace 5.000 años los Yamna introducían el cannabis no solo para hacer cuerdas (por la alta resistencia), sino para su consumo medicinal y alucinógeno, así como Galeno nos hablaba en sus escritos del cannabis como la droga de la alegría y la risa. 

Y aunque el mercado y las guerras llegaron en el siglo XIX (guerra por el control del opio China - Gran Bretaña) 3.500 años antes de nuestra era, Shen Nung ya experimentaba con sus preparados botánicos que hoy derivarían por ejemplo en la tan necesaria morfina. 

Pero vayamos a otras más comunes, como el tabaco (incluida la nicotina en china hace 5.000 años), el alcohol, tan común en los pueblos precolombinos (pulque la chicha), la coca y sus mil usos medicinales y alucinógenos y por supuesto, el preferido de la new age, el peyote.  

Pero sin los árabes, no hubiéramos llegado a la síntesis actual. La destilación, sublimación y cristalización. Sin estas técnicas químicas tan simples, pero a su vez tan complejas, las drogas no hubieran llegado a su punto máximo. La introducción en el siglo XX de las  anfetamina y metanfetamina ayudó no solo a los soldados de dos cruentas guerras, sino a doña Rosa que se deprimía en su estabilidad de posguerra en una vida tranquila de consumo en casa. ¡Y era legal!

Y ahi, cuando empezaron nuevamente las preguntas existenciales y la heroína se volvía moneda corriente, la juventud queda deslumbrada por las propiedades del cornezuelo de centeno. Si se los digo así no lo imaginan, pero si les digo LSD si.

Una juventud que cuestionaba las guerras, que quería crecer interior y no exteriormente y que apuntaba a una sociedad de "tribus" y no sociedades patriarcales estructuradas que cada tantos años generaban una guerra. Nace la era de la "Paz" y la ruptura de barreras. 

¿Qué sería de la música sin el LSD no? Suena egoísta, pero bandas como The Beatles, Led Zeppelin, The Doors, Pink Floyd, Yes, King Crimson, Velvet Underground, Jefferson Airplane y el gran Jimi Hendrix, sin esa experimentación, hoy no existirían como tales. 

Pero no solo la música. Grandes científicos como Albert Hofmann, no podrían haber desarrollado sus teorías, que con el estudio de sus efectos psicotrópicos (hasta la prohibición del LSD como droga legal por la FFA), logró resultados increíbles al seguir su trabajo del compuesto 25 (el cual había fracasado años atrás) y exponiéndose a una pequeña dosis (LSD) en forma accidental que lo llevaría a su famoso "viaje en bicicleta". Ese viaje en donde su imaginación estaba estimulada a niveles inimaginables, y que abrió puertas que nunca más se cerraron y que él mismo llamó "el nuevo nacimiento de su consciencia". Teoría que años después, Stanislav Grof, desarrollaría por medio de la respiración holotrópica, logrando estados de consciencia alterados muy útiles para tratamientos psiquiátricos no invasivos. 




¿Y que significa toda esta intro? 

Que así sea a Astarté, Innana o Astarot o Facebook, la adoración al placer constante existe desde tiempos inmemoriales y como seres humanos la búsqueda de recompensas es una constante. Esto es fácil comprobarlo con ver nuestras vidas, pero David Linden lo mostró claramente en su tesis con ratones, que sorteaban descargas eléctricas con el fin de llegar a una zona de placer. Instinto. Placer. Búsqueda de sentido. 



Esta ecuación perfecta, sumada a la gran necesidad de contacto que tenemos los humanos, la entendió a la perfección Andrew Weinreich creador de Six Degrees allá por el 97'. Lo mismo que hoy vemos en Facebook, pero con la famosa teoría de los seis grados de separación, que muestra que una persona puede estar conectada a cualquier otra a través sólo de 6 intermediarios.  

Luego de sucedieron MySpace, Fotolog, Facebook y el famoso Twitter, limitado por 144 caracteres que pocos saben que fue por que era lo que permitían los mensajes de texto de los celulares. Todos con un fin común, comunicarnos, unirnos, acercarnos (supuestamente).



¿Quién no tuvo una cita por una red social? ¿Quién no consiguió un jugador para su equipo? ¿Quién no compró un usado por Facebook? 

Pero citando a Asimov, el gran visionario en lo que a tecnología se refiere "El aspecto más triste de la vida en este preciso momento es que la ciencia reúne el conocimiento más rápido de lo que la sociedad reúne la sabiduría". Mucho para tan poco. 

Hoy tenemos en nuestras manos un artefacto (celular) que es 100.000 veces más potente que las computadoras que pusieron al Apolo 11 en la Luna (luego debatimos si creen que llegamos o no). Pero como bien diría Friedrich Schiller, luego parafraseado por el gran Isaac, "Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano". 

¿Y que hago en Facebook posteando esto? Ahí está la cuestión. Poseemos grandes herramientas de comunicación, que bien usadas, pueden traernos muchas respuestas. Y no hablo por mi. Esto es una simple reflexión, pero tal vez le sirva a alguien. Pero hoy podemos acceder a miles de libros, videos, audios, hasta clases, títulos. Todo on-line. ¿Pero en que nos detenemos? En el show del blooper de los 90' de 5 minutos ahora 24/7 para no pensar. 

También sabemos que lo recurrente de nuestro pasado, eso que nos marcó nos identifica. Por ese motivo, el mundo del entretenimiento recurre una y otra vez a las mismas fórmulas. Si vemos una película de animación actual (Disney, Pixar, Dreamworks), podríamos intercambiar personajes en todas ellas y encajarían a la perfección. ¿Por que? porque hay un patrón muy claro. Imágenes arquetípicas que nos retrotraen a nuestra infancia, nuestras vivencias, nuestro yo. Series como Stranger Things que nacen de una licuadora de vivencias de los 80', las remakes de Top Gun, Jurassic Park, Karate Kid, Cazafantasmas, Star Wars, Indiana Jones y hasta hoy hace pocas horas de Batman 89'. ¿Quien no quiere ver a Keaton de Batman 31 años después de la amada Batman Returns? Yo pago, les soy sincero. 


Estos eventos nos siguen trayendo esa imagen de que "los años no pasaron" y seguimos siendo eternamente jóvenes y felices, cuando el mundo era perfecto. ¿Real? No. 

Hace tan solo unos meses, teniendo Facebook (por mi sitio Web Mistery Humanity que luego lo pasaron a persona) puse una foto mía. Lo mismo en Whatsapp. ¿Y Por que no tenía? Porque sentía que no era necesario mostrar la cara atrás de una idea. El ojo que estuvo del año 2008 hasta diciembre de 2022 representaba algo. Un Concepto, algo más bien abstracto que mostraba quien era en realidad. Como una especie de cita a ciegas con los cientos de usuarios que no necesitaban verme en apariencia para mostrarles quien realmente soy. ¿Y por que el cambio? Porque un día te das cuenta que el ocultarse también es parte de este juego perverso que nos proponen las redes. El estar detrás de una pantalla sin siquiera mostrar su real cara. 

¿Y que mostramos en las redes sociales? Como bien sucedía en el teatro, los actores usaban mascaras para no identificarse con el personaje. Aquí pasa igual, pero no solo nos identificamos nosotros, sino que creemos que lo que vemos del otro es real. El teatro tan bien representado por dos máscaras, una sonriente y otra que llorando, nos ponen en evidencia la comedia y la tragedia. 




Recibimos por segundos miles de estímulos de diversión, felicidad, tristeza, miedo, dolor. Pero también, si sabemos frenar, filtrar, buscar, podemos encontrar cosas maravillosas, pero con poca profundidad. No tenemos tiempo, todo es acelerado. 

Tenemos un finde para aprender curar con las manos en un curso mientras tomamos mate. Tenemos 2 horas para contemplar la Torre Eiffel o las Pirámides de Egipto (luego de viajar miles de kilómetros y trabajar todo el año para pagar un pasaje) para plasmar en una foto que vean los demás en las redes sin vivenciar el momento. No me saque la malla todavía, pero ya estoy subiendo a estados de Whatsapp esa tarde maravillosa que pasé con los míos. Cuando en realidad, me pasaron mil cosas que no cuento. 

La llegada de los "estados" en las redes, nos hicieron pasar de ver una playa paradisiaca, a alguien que vende el celular, o una cinta roja por que alguien perdió a su hijo. Y ahi entra la parte técnica nuevamente. 

¿Cuánta info de la que vemos podemos asimilar? 

El ojo humano puede percibir  30 a 60 fotogramas por segundo, tengan en cuenta que una película tiene entre 24 a 30 fotogramas por segundo. Y aquí entra lo importante de lo visual y por que la comunicación apunta a ello. El cerebro humano hasta hace poco tiempo se creía que podía procesar cada imagen en solo 100 milisegundos, pero estudios actuales demostraron que tarda solo 13 milisegundos. Pero la AI (inteligencia artificial) puede procesar hasta 50000 fotogramas por segundo. 




¿Hacia donde vamos? Nuestro cerebro es en un 90% visual, lo que en promedio nos hace recordar las imágenes en un casi 80% y solo un 20% lo que podemos leer y procesa 60.000 mas rápido una imagen que un texto. 

Lo visual. Y salvo patologías graves, felicidad. La búsqueda eterna de la famosa dopamina. Esa droga natural que los que nos quieren adormecidos aprendieron como sacarla sin un gran esfuerzo. Ya nos mostraba WALL·E el futuro de la sociedad. Ya nos anticipan las grandes obras distopías un camino inevitable. 



Como bien sabemos  todo aprendizaje que contenga carga emocional, perdura mas en nuestro sistema. Sea placentero como el nacimiento de un hijo, o doloroso como una ruptura amorosa. 

El famoso algoritmo que usan las redes, en especial los Reels, Tik Toks, estados, busca los mejores contenidos acorde a nuestros gustos, estados emocionales y están programados para atraparnos horas sin darnos cuenta. No importa si es una pelea de MMA, una interpretación de de una película que acabamos de ver o un video que explica las acciones de mi ex narcisista. Lo importante es que de en la tecla de lo que necesitas en ese momento. ¿Se sienten identificados? Si me dicen que no, se mienten a ustedes mismos. 

Un perfeccionado estimulador que nos produce dopamina constantemente durante 15 segundos, volviéndose mas adictivo que la morfina. ¿Casualidad? No, todo muy diagramado. 

Como diría Orwell 

"Las masas nunca se rebelan por su propia cuenta, y nunca se sublevan porque están oprimidas. De hecho, mientras no se les permita tener estándares de comparación, nunca se darán cuenta de que están oprimidos"

 Y Huxley pareciera continuar esta idea con su mítica frase;

 "Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que gracias al consumo y al entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre"

Consejo para los padres: gestionen el tiempo de pantalla de sus hijos, coloquen controles parentales para fijar límites temporales de uso de apps, compartan tiempos muertos en lugares sin conexión, recurran a la lectura grupal, jueguen juegos de mesa, mentales, generen desafíos a largo plazo, piérdanse en instantes que no sean solo virtuales. 

Ojala llegue el día en que nos demos cuenta que vivimos en un paraíso cada día mas banalizado. Donde usamos un kakaj virtual ante una pantalla, pero le tememos al agua. Donde miramos cuerpos irreales en una pagina y no podemos mirarnos al espejo, donde consumimos supuestas vidas perfectas en las redes y no nos damos de lo maravillosa y única que es la nuestra, donde mostramos al otro lo felices que somos en desafío viral de Tik Tok cuando por adentro estamos rotos. 




Mas abrazos, mas charlas, mas atardeceres, mas vivencias, mas rasparnos, reírnos, disfrutarnos. La verdad está ahi afuera decían los X-Files y cada año que pasa, le doy otra interpretación. LA VIDA ESTÁ AHÍ FUERA. Vivan la suya. Les aseguro que es maravillosa. 

Por mas corazones contra corazones en un abrazo pecho a pecho en lugar de reacciones a estados a un clic. 

Me voy a tomar un mate al monte mientras miro el Champaquí y acaricio a mi gato Tyr. ¿Será verdad u otra mentira de las redes? 


“Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”
Byung-Chul Han