La misteriosa Isla de Pascua

1772 no se caracterizaba por la racionalidad de las opiniones de los navegantes europeos que surcaron los mares en busca de riquezas.Sus historias de mitológicas serpientes marinas, navíos fantasmas y otras pocas probables leyendas les quitaban credibilidad. Pero un domingo de pascua, Jacob Roggeveen, arribo a tierras desconocidas. Aquella apacible isla, era habitada por una tribu muy primitiva autodenominada “Rapa Nui” quienes supuestamente arribaron a la misma provenientes de una mítica “Hilva”.
Las tecnologías que podían apreciar a su llegada eran mínimas, solo algunas canoas y herramientas de piedra. Pero su asombro llegó al apreciar los más de 900 colosos (Moaí) de piedra erguidos sobre gran parte de la superficie del territorio.
Como tantas culturas la “Rapa Nui” se mantuvo gracias a la tradición oral de su gente, a través de relatos que fueron transmitiéndose de generación en generación. Los descendientes de la misteriosa raza “Maori” describen un complejo mecanismo que denominaron “olas de piedra” con el cual se trasladaba a los gigantes con largos cilindros permitiendo a los Moais rodar y transportarse.
Alrededor del año 400 se comenzaron a construir los gigantes en la isla. Cada vez que se moría un integrante destacado de la familia se construía un Moai en su honor y se lo instalaba en el “Ahu” (plataforma de piedra).Los cadáveres se colocaban sobre la plataforma y allí permanecían hasta ser completamente devorados por lo pájaros. Luego de ello, los huesos eran enterrados debajo del “Ahu”. Esto hacia que el Moaí tomaba el poder del ancestro para cuidar la aldea desde su inmensidad.Hacia el 1400 comenzó a escasear la madera por la falta de fertilidad de sus tierras, lo que desencadeno en enfrentamiento entre las tribus, implantándose el canibalismo. Gran cantidad de estatuas fueron destruidas.
Ya en 1862 los peruanos tomaron gran parte de la población como esclavos para que trabajen en sus minas. A su regreso un pequeño grupo sobrevivientes encontraron muy pocas estatuas en pie, ya que los cristianos arribados desde Europa, habían destruido la obra “pagana” de los isleños. Este calvario termino recién en 1960 cuando fue declarada como estado democrático, devolviendo a su lugar muchos de los tradicionales iconos de la civilización pasada a sus lugares de origen.

Pero las preguntas llegan al apreciar los rasgos de estas gigantescas figuras de piedra que no se asemejan mucho a la realidad humana. Poseen rasgos muy extraños, caras alargadas, orejas curiosamente largas y sus cabezas estaban adornadas con enormes copetes de piedra roja.

¿Quienes eran en realidad los ancestros de los habitantes de esta isla?

¿Cómo fue posible transportar los Moais a sus lugares de emplazamiento?

Algunas leyendas hablan de pueblos precolombinos que se exiliaron a la isla en buscar de nuevas tierras. Otros hablan de inteligencia extraterrestre la cual fue extinta por una gran catástrofe.

James Cook visitó la isla en 1774 y describió a los nativos como personas de baja estatura, muy delgadas y temerosas, lo cual muestra que no era un pueblo guerrero.Así también descubrió antiguas construcciones, caminos pavimentados, antiguas instalaciones portuarias y de numerosas aldeas con construcciones sólidas de piedra. Esto puede dar crédito a la teoría que alguna terrible catástrofe había afectado a la isla.
Pero toda historia sobrenatural se desvaneció después de encontrar el cráter del volcán actualmente apagado “Rano Raraku” En el se halló un taller picapedrero en donde se confeccionaban las imponentes figuras. En los alrededores todavía se encontraban unas150 figuras en varias de las fases de producción. Otras fueron encontradas sobre los cilindros de piedra en los que eran transportadas, otras abandonadas en el camino hacia su lugar de colocación y otras todavía en su primera fase, unidas aún a roca volcánica de la que debían ser sacadas más tarde en un solo bloque. También se hallaron los instrumentos utilizados por los canteros.

Esta es la historia de un pueblo que actualmente cuenta con no más de 3500 habitantes y con tan solo 200 que hablan su lengua tradicional. Como siempre digo, la historia la escribe el hombre, y esta en nosotros saber encontrar la verdad.

¿Ustedes que creen?